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La "integrabilidad" como catalizador de la inteligencia en las Plataformas de Experiencias Digitales
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La "integrabilidad" como catalizador de la inteligencia en las Plataformas de Experiencias Digitales

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Por Joaquín Cabezas Flórez, Izertis Lead of Omnichannel Platforms. Liferay specialist

Decía Stephen Hawking que cuando un descubrimiento llega y lo cambia todo, la habilidad para adaptarse a ese cambio es un logro. Y ese logro, no es más que inteligencia.

La historia reciente nos ha enseñado a través de pandemias, desastres naturales, guerras o escasez de recursos, que las reglas del juego cambian a cada paso, que nada se puede dar por supuesto y que la normalidad del mañana puede ser radicalmente opuesta a la que hoy conocemos. Es, por tanto, la capacidad para adaptarnos al medio que nos rodea, santo y seña de lo que conocemos como inteligencia.

Ese proceso de adaptación al medio requiere de un pensamiento integrador que catalice la diversidad de las distintas partes en algo superior que mejore todas ellas, y para lograr este objetivo, más allá de “unir”, necesitamos ser capaces de “integrar”. La “integrabilidad” es un concepto que, si bien no lo encontramos en el diccionario como tal, podríamos definirlo como “la capacidad de integración de un ente”. Y es precisamente esa “integrabilidad” uno de los pilares fundamentales de la subsistencia. Personas, animales, vegetales, objetos… todos sin excepción somos parte de un ecosistema con el cual tenemos que coordinarnos y colaborar para avanzar. La tecnología tampoco escapa a este hecho y la tendencia actual hacia un mundo hiperconectado hace que, cada vez más, los sistemas necesiten contar con altas capacidades de integración con el objetivo de intercambiar información entre ellos.

Uno de los sistemas que más exhaustivamente lleva a cabo el intercambio de información con otros sistemas son las Plataformas de Experiencias Digitales, en las que la palabra “experiencia” cobra una relevancia capital. Se trata de plataformas que centralizan información, en muchas ocasiones proveniente de distintas fuentes y que, tras procesarla, la ponen a disposición de las personas de la forma más precisa, sencilla y personalizada posible.

A través de ellas se construyen multitud de plataformas de las que todos hemos sido usuarios en alguna ocasión:

  • Espacios de trabajo digitales que nos facilitan nuestro día a día, permitiéndonos olvidarnos de multitud de herramientas de diverso propósito y centrarnos en lo que realmente importa, lo que en ese momento queremos hacer. Reservar un viaje, hablar con un compañero, ver nuestra nómina, planificar nuestras vacaciones… son tareas que se convierten en una experiencia conversacional entre el empleado y la empresa, gracias a una integración absoluta pero transparente de todos los sistemas subyacentes.
  • Plataformas omnicanal multi sectoriales que nos trasladan la sensación de confort, cercanía y sencillez. Entidades bancarias, aseguradoras, plataformas de comercio electrónico y un sinfín de marcas centran sus esfuerzos en estar presentes en nuestras vidas, como si de nuestro mejor amigo se tratase, en cualquier momento, en cualquier lugar y para todo aquello que esté en su mano.
  • Herramientas de wellness y de telemedicina en hoteles, gimnasios o centros médicos que cuidan de nuestra salud y elevan nuestro bienestar a través de conexiones con nuestros dispositivos de monitorización de salud.

Y así un largo etcétera de aplicaciones con propósitos diversos, pero todas ellas con un nexo de unión; ninguna de ellas es un sistema estanco aislado del mundo y todas ellas tienen la necesidad de integrarse dentro de un ecosistema.

Y si la “integrabilidad” es tan importante… ¿por qué en muchas ocasiones no le damos la importancia que se merece a la hora de decantarnos por una u otra plataforma tecnológica?

Las capacidades de integración no son negociables, son el ingrediente secreto que hace que los sistemas perduren en el tiempo en contraposición a la tan actual obsolescencia programada, que sean sostenibles y se adapten a los nuevos tiempos, que hagan sencillo lo que para otros es complejo o imposible. Son en definitiva una de las características intrínsecas de los sistemas inteligentes.

 

Apostando por la tecnología integradora de Liferay

En cuanto a las Plataformas de Experiencias Digitales antes citadas y en lo relativo a elevar la inteligencia de los sistemas que desarrollamos, Liferay es nuestra apuesta y no lo es por casualidad, sino derivado de su naturaleza. En su ADN aparecen conceptos como personalización, adaptabilidad, modularidad, seguridad, interoperabilidad o código abierto.

Conceptos todos ellos sinónimos de apertura al mundo y voluntad de colaboración con otros sistemas. Características que nos han permitido a lo largo de todos estos años, crear plataformas tecnológicas que satisfacen las exigentes necesidades de multitud de compañías referentes a nivel mundial en sus diversos sectores y por ende complejas. Capacidades que nos han permitido adaptarnos casi sin darnos cuenta a las tecnologías más actuales y disruptivas en cada momento, creando plataformas de comercio electrónico diseñadas para garantizar la trazabilidad de los productos mediante tecnología Blockchain, o construyendo experiencias inmersivas a través de plataformas de realidad virtual.

Cuando hablamos de experiencias digitales, hablamos de segmentación, personalización, de marketing, de optimización… y más recientemente de inteligencia artificial. Todos estos elementos, conforman una plataforma capaz de segmentar a los usuarios por diferentes parámetros, tanto públicos (resultantes de la navegación que haya hecho el usuario, tales como el idioma, la localización física, el dispositivo utilizado, el navegador, …) como privados del propio usuario autenticado en nuestra plataforma. Una vez que tenemos identificado a cada usuario, nuestro objetivo es enviarle el mensaje más efectivo posible basándonos en sus características particulares, y qué mejor que aprovechar las ventajas que nos proporciona la inteligencia artificial en materia de ingesta y procesamiento masivo de datos, para crear las imágenes y textos que mejor nos ayudan a convertir al visitante en cliente.

Como individuos, como usuarios, como clientes, a todos nos gusta sentirnos únicos y especiales. ¿Imaginas ser capaz de crear portales al vuelo, con textos e imágenes volátiles, creados específicamente y bajo demanda para cada uno de los usuarios de tu plataforma y adaptados a sus características particulares?

¿Y si en el mundo de las plataformas de experiencias digitales pasar del Prêt-à-porter a la alta costura no fuera tan caro?

Si te quedas con nosotros, te enseñamos cómo recorrer ese camino.

 

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Por Joaquín Cabezas Flórez, Izertis Lead of Omnichannel Platforms. Liferay specialist

Decía Stephen Hawking que cuando un descubrimiento llega y lo cambia todo, la habilidad para adaptarse a ese cambio es un logro. Y ese logro, no es más que inteligencia.

La historia reciente nos ha enseñado a través de pandemias, desastres naturales, guerras o escasez de recursos, que las reglas del juego cambian a cada paso, que nada se puede dar por supuesto y que la normalidad del mañana puede ser radicalmente opuesta a la que hoy conocemos. Es, por tanto, la capacidad para adaptarnos al medio que nos rodea, santo y seña de lo que conocemos como inteligencia.

Ese proceso de adaptación al medio requiere de un pensamiento integrador que catalice la diversidad de las distintas partes en algo superior que mejore todas ellas, y para lograr este objetivo, más allá de “unir”, necesitamos ser capaces de “integrar”. La “integrabilidad” es un concepto que, si bien no lo encontramos en el diccionario como tal, podríamos definirlo como “la capacidad de integración de un ente”. Y es precisamente esa “integrabilidad” uno de los pilares fundamentales de la subsistencia. Personas, animales, vegetales, objetos… todos sin excepción somos parte de un ecosistema con el cual tenemos que coordinarnos y colaborar para avanzar. La tecnología tampoco escapa a este hecho y la tendencia actual hacia un mundo hiperconectado hace que, cada vez más, los sistemas necesiten contar con altas capacidades de integración con el objetivo de intercambiar información entre ellos.

Uno de los sistemas que más exhaustivamente lleva a cabo el intercambio de información con otros sistemas son las Plataformas de Experiencias Digitales, en las que la palabra “experiencia” cobra una relevancia capital. Se trata de plataformas que centralizan información, en muchas ocasiones proveniente de distintas fuentes y que, tras procesarla, la ponen a disposición de las personas de la forma más precisa, sencilla y personalizada posible.

A través de ellas se construyen multitud de plataformas de las que todos hemos sido usuarios en alguna ocasión:

  • Espacios de trabajo digitales que nos facilitan nuestro día a día, permitiéndonos olvidarnos de multitud de herramientas de diverso propósito y centrarnos en lo que realmente importa, lo que en ese momento queremos hacer. Reservar un viaje, hablar con un compañero, ver nuestra nómina, planificar nuestras vacaciones… son tareas que se convierten en una experiencia conversacional entre el empleado y la empresa, gracias a una integración absoluta pero transparente de todos los sistemas subyacentes.
  • Plataformas omnicanal multi sectoriales que nos trasladan la sensación de confort, cercanía y sencillez. Entidades bancarias, aseguradoras, plataformas de comercio electrónico y un sinfín de marcas centran sus esfuerzos en estar presentes en nuestras vidas, como si de nuestro mejor amigo se tratase, en cualquier momento, en cualquier lugar y para todo aquello que esté en su mano.
  • Herramientas de wellness y de telemedicina en hoteles, gimnasios o centros médicos que cuidan de nuestra salud y elevan nuestro bienestar a través de conexiones con nuestros dispositivos de monitorización de salud.

Y así un largo etcétera de aplicaciones con propósitos diversos, pero todas ellas con un nexo de unión; ninguna de ellas es un sistema estanco aislado del mundo y todas ellas tienen la necesidad de integrarse dentro de un ecosistema.

Y si la “integrabilidad” es tan importante… ¿por qué en muchas ocasiones no le damos la importancia que se merece a la hora de decantarnos por una u otra plataforma tecnológica?

Las capacidades de integración no son negociables, son el ingrediente secreto que hace que los sistemas perduren en el tiempo en contraposición a la tan actual obsolescencia programada, que sean sostenibles y se adapten a los nuevos tiempos, que hagan sencillo lo que para otros es complejo o imposible. Son en definitiva una de las características intrínsecas de los sistemas inteligentes.

 

Apostando por la tecnología integradora de Liferay

En cuanto a las Plataformas de Experiencias Digitales antes citadas y en lo relativo a elevar la inteligencia de los sistemas que desarrollamos, Liferay es nuestra apuesta y no lo es por casualidad, sino derivado de su naturaleza. En su ADN aparecen conceptos como personalización, adaptabilidad, modularidad, seguridad, interoperabilidad o código abierto.

Conceptos todos ellos sinónimos de apertura al mundo y voluntad de colaboración con otros sistemas. Características que nos han permitido a lo largo de todos estos años, crear plataformas tecnológicas que satisfacen las exigentes necesidades de multitud de compañías referentes a nivel mundial en sus diversos sectores y por ende complejas. Capacidades que nos han permitido adaptarnos casi sin darnos cuenta a las tecnologías más actuales y disruptivas en cada momento, creando plataformas de comercio electrónico diseñadas para garantizar la trazabilidad de los productos mediante tecnología Blockchain, o construyendo experiencias inmersivas a través de plataformas de realidad virtual.

Cuando hablamos de experiencias digitales, hablamos de segmentación, personalización, de marketing, de optimización… y más recientemente de inteligencia artificial. Todos estos elementos, conforman una plataforma capaz de segmentar a los usuarios por diferentes parámetros, tanto públicos (resultantes de la navegación que haya hecho el usuario, tales como el idioma, la localización física, el dispositivo utilizado, el navegador, …) como privados del propio usuario autenticado en nuestra plataforma. Una vez que tenemos identificado a cada usuario, nuestro objetivo es enviarle el mensaje más efectivo posible basándonos en sus características particulares, y qué mejor que aprovechar las ventajas que nos proporciona la inteligencia artificial en materia de ingesta y procesamiento masivo de datos, para crear las imágenes y textos que mejor nos ayudan a convertir al visitante en cliente.

Como individuos, como usuarios, como clientes, a todos nos gusta sentirnos únicos y especiales. ¿Imaginas ser capaz de crear portales al vuelo, con textos e imágenes volátiles, creados específicamente y bajo demanda para cada uno de los usuarios de tu plataforma y adaptados a sus características particulares?

¿Y si en el mundo de las plataformas de experiencias digitales pasar del Prêt-à-porter a la alta costura no fuera tan caro?

Si te quedas con nosotros, te enseñamos cómo recorrer ese camino.

 

Veröffentlicht am
16. Januar 2024
Zuletzt aktualisiert
18. Januar 2024

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